Después de desayunar, saque un par de fotos con la cámara, y alguna que otra foto con Pablo, quería tener recuerdos.
Esa tarde iría con Pablo, a mi casa… Pero antes quería pasar una mañana, normal y lo más feliz posible.
Íbamos a ir a dar una vuelta por el parque, había nevado.
Salimos y fuimos directamente al parque, habíamos pasado tantos momentos felices.
El parque estaba pintado de una capa de blanco, y yo sabía lo que hacer con ella.
Pablo fue hacia el columpio, mientras yo hacia una bola de nieve, pero él me pillo y rápidamente el hizo otra y me la tiro.
El parque estaba pintado de una capa de blanco, y yo sabía lo que hacer con ella.
Pablo fue hacia el columpio, mientras yo hacia una bola de nieve, pero él me pillo y rápidamente el hizo otra y me la tiro.
- ¡Te vas a enterar!.- dije riendo, hice un esfuerzo para tirar la bola pero en ese momento alguien se tropezó conmigo y hizo que me diera un golpe en la cabeza. No dolía.
Mire a la persona que se había caído encima de mí, era un chico, muy guapo la verdad, tenía el pelo corto, y unos ojos bastante oscuros, pero parecían amigables.
El se levanto, y se disculpo.
-Perdón no te vi, estaba jugando al rugby con mi hermano e iba la pelota directa ti.- Señaló al suelo. Allí había una pelota de Rugby.
Pablo vino hacia mí.
-¿Estás bien?
-Si, si estoy perfectamente.- gire la cabeza y ya el chico había ido.
Como si se hubiera desvanecido en la nada, era muy extraño.
Me quede anonada mirando a todos lados durante cerca de un minuto.
-Abi, pasa algo, ¿Qué buscas?.- Dijo Pablo.
-El chico que estaba aquí se fue, de repente. El que se callo sobre mí.
-Contigo no había ningún chico, te tropezaste con esa piedra y te caíste.-Señalo el suelo.
Efectivamente había una piedra, pero yo no estaba loca, el chico había estado ahí…
- Que no, que un chico estaba jugando al rugby su hermano y se tropezó conmigo.
- Creo que te has mareado o algo. - me miro confuso.
- Pero, pero.... - se me fueron los ojos de la órbita y señalaba donde había visto la pelota de rugby.
- ¿Qué? Esa es la piedra con la que te caíste.
- Creo que te has mareado o algo. - me miro confuso.
- Pero, pero.... - se me fueron los ojos de la órbita y señalaba donde había visto la pelota de rugby.
- ¿Qué? Esa es la piedra con la que te caíste.
Me senté en un banco que había cerca y mire al horizonte, veía a ese chico por todas parte,¿esos ojos los había visto antes? se me hacían tan familiares, tan indescriptibles..
- ¿Estás bien?.- me preguntó Pablo.
- Sí. - le sonríe un poco falsa.
- Vale, no te veo muy convencida. - el soltó una carcajada.
- ¿Estás bien?.- me preguntó Pablo.
- Sí. - le sonríe un poco falsa.
- Vale, no te veo muy convencida. - el soltó una carcajada.
Me levanté y disimuladamente miraba hacia todos lados, haber si veía al chico misterioso.