domingo, 7 de agosto de 2011

Un Nuevo Destino. Introducción y Capítulo 1.

Introducción.
Mi nombre es Paula. Soy una chica de estatura un tanto alta para mi edad, mi pelo es de Color Miel, no soy muy morena aunque lo que más destaca son mis ojos, son de un tono verde pardo, ‘’Preciosos’’ según dicen. Aunque solo tengo 15 años, Ya me veo sometida, a presiones, dudas, y sobre todo problemas, que jamás creía que pasaran, al menos en mi vida, para mi solo era en la ficción. Y todo eso comenzó en Francia, el pasado invierno.

Íbamos a ir a pasar la Navidad en casa de mi abuela. A mi no me gustada la idea, ya que no me llevaba con mis primos, y en el pueblo apenas conocía a nadie.
Pero quisiera o no iba a ir, así que no me esforcé en quejarme.

Mi padre decía que estás navidades serían especiales para mi.
Aunque para mi todas lo eran.



Capitulo 1
Un día hasta llegar a Francia, y cuatro horas en coche hasta llegar al pueblo de Francia, donde vive mi abuela.

La suerte es que podré ir a Paris, lo malo: tendré que ir con mi prima, pero al menos saldré del pueblo, visitaré museos e iré de compras.

-          Mamá, ¿Cuánto queda para llegar al pueblo.-Pregunto mi hermano.
-          Un par de minutos y estaremos allí.

Mi hermano, es mayor que yo dos años, siempre me esta chinchando. Aunque seamos hermanos somos muy diferentes, como por ejemplo: el tenía muchos amigos y yo pues… no se me da mucho eso de conocer gente.

Contemplaba el paisaje por la ventana, me gustaba el pueblo, pero no estaba echa para el. Soy muy patosa y propensa a caerme:
‘’El año pasado fui a montar a caballo y me caí del caballo a un charco de barro, ¡Fue un autentico numero!’’
Aunque no me llevo bien con los animales me encantan los caballos.

            A veces he deseado que mi vida cambiara, y yo percibía que pronto eso sería así.

-          ¡Paula!, ya hemos llegado.-Dijo mi madre abriendo la puerta.
-          Ya mamá, si ¡Yuju!-Dije irónica saliendo del coche a trompicones.

Saqué mis maletas del coche y subí a mi antigua habitación, seguía igual, excepto por que habían pintado el cuarto de un color Azul cielo. Me encanta el Azul.
En esa habitación me sentía bien, era como un refugio. Pero no me iba pasar todo el día ahí. Así que baje al Salón para saludar a mi abuela, la cual me recibió con un abrazo y el mismo sermón de siempre.

-          Abuela yo me voy a dar una vuelta por el pueblo, respirar aire fresco y… ¡Abuelo!-en ese momento entró mi abuelo, le abrasé, hable un poco con el y me fui.

Me gusta estar sola, me siento,  en algunas ocasiones mejor, estando sola que acompañada.
Caminé hasta el pueblo, allí me senté en la plaza, veía a un grupo de chicos jugar al Fútbol.
Todos eran muy guapos pero solo uno capto mi atención, un chico guapo, pero que daba miedo, tenía una mirada escalofriante, en su cuello colgaba un colgante en forma de cruz.
Me levanté, su mirada me molestaba, me puse mi abrigo y me fui al centro del pueblo.
Exactamente no sabía ni a donde iba, ni que buscaba.

Al rato me cansé y me senté en otra plaza, un poco más grande, creo que era la plaza central.

-          ¿Te has perdido?-me dijo una voz que no conocía.

Me giré y vi a un chico, de tez blanca, pelo marrón no muy corto, y creo que sus ojos eran de un tono azul oscuro.

-          No, no me he perdido…eh ¿Quién eres?
-          Soy Aaron, tú has de ser Paula. Prima de Rocío ¿Verdad?
-          Si… ¿Cómo lo sabes?
-          Soy un amigo de ella, y no ha parado de hablar de ti desde que supo que venías.
-          ¿Estas seguro de que hablas de mi prima?
-          Segurísimo, ¿Qué pasa, no os lleváis bien?
-          No nos llevamos bien, tu lo has dicho, eh bueno me tengo que ir, me esperan para cenar y ya sabes es noche buena…
-          Y mañana navidad.-Ríe leve.-Espera te acompañaré. Una chica tan guapa como tú no puede andar sola por este pueblo, y menos de noche.
-          Gracias, pero se me cuidar yo sola, y se como se llega.
-          Si, te acompaño, y no me discutas monada.-me guiño un ojo.
-          Vale, vamos.-Dije empezando a andar.

Era de noche, el cielo estaba despejado, se podía apreciar las estrellas a simple vista, y hacía frío.

-          El celo es precioso aquí, nunca me había fijado.
-          Eso es que no muestras interés por las cosas insignificante. Siempre está así menos cuando llueve.
-          Es precioso.

El asintió.
No quería que acabara la conversación ahí:
-          No me gusta venir al pueblo. ¿Cómo es que no te había visto antes?
-          ¿No te gusta venir a ver a tus abuelos? Me mude este año, como mis padres y mis hermanos.
-          Ah… si ver a mis abuelos claro que me gusta, lo que pasa es que no me llevo bien con mis primos y siempre estoy sola.
-          Entiendo.
-          Bueno, ya hemos llegado.-Abrí la puerta.-Mañana nos vemos.-Me giré y ya no estaba.

Caminé hasta el comedor, la mesa estaba preparada, yo me senté:
-          ¡Abuela! Ya estoy aquí
-          Sí, Paula, Lo sé mañana es Navidad tu gran día.
-          Pero…
-          Ya lo entenderás.
-          Todos a comer-gritó el abuelo, que entró seguido de mi hermano y los demás.

Yo comí rápido mientras estaba intentando adivinar a que se refería la abuela, pero no lograba entender nada. Terminé de comer lo antes posible.

-          Abuela, estoy cansada, voy a dormir.
Subí a mi habitación. Cogí mi pijama, me di una ducha de agua caliente y luego me metí en la cama.

            ¿A qué se refería la abuela con que sería mi gran día? ¿Qué iba a pasar?
Cuando ya me estaba dejando dormir oí un ruido en la ventana, y una sombra se abalanzó sobre mi…

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