Se dejó dormir rápidamente, pero esa noche, cuando más lo deseaba, su hermano no se le apareció, no le ayudó. Tenía algunas cosas claras, pero aún le quedaba una cuestión por resolver. ¿Verdaderamente su hermano estaba muerto?
Esa noche no soñó con el, pero si vio algo que sabía que era su billete de salida, el billete para descubrir que le había pasado a su hermano, si estaba vivo, o si no.
Abi se despertó, pero al contrario que el primer día que llegaron, no había pensado en escaparse, simplemente, esperó sentada a que todos se despertaran. Una vez que todos se despertaron y tomaron un rápido pero delicioso desayuno, el primero en hablar fue el agente:
- ¿Os llevo ya a vuestra casa, o queréis esperar un poco más?
- No. Quiero que nos lleves a el lugar donde supuestamente encontraron las cosas de mi hermano.
- Lo siento pero eso no es posible. Eso sería un desacato a las normas que el propio Inspector Smith me ha dado.
- No lo sientas, si quien lo ha de sentir soy yo por tener que acudir al chantaje. –La voz de Abi se había mantenido serena esos últimos días, pero ahora sonaba fría y calculadora.
- ¿De que hablas?
- He de decir, que te he visto consumiendo o más bien esnifando ciertas sustancias estupefacientes como es la cocaína. Y tengo pruebas. –Zanjó Abi a la vez que metía su pequeña mano en el bolsillo delantero del Inspector, y sacaba las llaves del coche, una vez las tuvo en sus manos se las puso en las manos al inspector.
A Abi no le gustaba para nada comportarse así, ya que el inspector, no parecía mala persona, aunque aquello de que consumiera drogas le hacía levantar algunas sospechas ,pero sabía que siendo la buena de Abi no iba a conseguir nada.
El inspector, pillo rápidamente, que ella no se iba a andar con rodeos, y que si tenía que decirle su jefe aquello, lo iba a hacer, él iba a acabar en la calle, y eso le iba a marcar para siempre en su expediente.