lunes, 8 de agosto de 2011

Un Nuevo Destino. Capítulo 4.

Ya hacía una semana desde que salí del hospital, había vuelto a dormir, la herida del cuello había cicatrizado, ahora solo quedaba, una marca, dos puntos, era como si significara algo. Como si esa simple marca fuera a cambiar mi destino…pero para mí eran bobadas que leía en mis libros de ficción…

Después de comer iría a un Ciber Café , para enviarle un correo electrónico a mi mejor amiga, ya que en el pueblo casi no había línea de internet…

La comida se me paso rápida…
Me dirigí al pueblo caminado, ya que apenas me dolía el cuerpo, solo el brazo y tenía el yeso. Mientras iba caminando por la plaza del pueblo, me pareció ver algo muy familiar para mí, un collar, el collar que tenía la persona que me atacó, me agache , lo recogí y lo observe detenidamente , todos los detalles de aquel collar, parecía antiguo, tétrico, escalofriante… tan extraño que sentí un escalofrío al tenerlo entre mis manos.

-          ¿Qué haces en el pueblo, Paula? –La voz de Aaron me sobresalto, por lo que me guarde el collar en el bolsillo rápidamente.
-          Iba a ir a un Ciber Café.- Dije encogiendo de hombros y caminando hacia delante dejándolo atrás, pero el no tardó mucho en llegar hasta mi.
-          Te acompaño.
-          No hace falta.
-          No era una pregunta.
-          Yo…bueno…Vale…
Me desquiciaba el hecho de su presencia, me irritaba, al menos cuando se ponía en ese plan de ‘’por qué yo lo digo’’.
Caminamos juntos hasta allí, el pidió un café y un ‘’Croissant’’, se sentó en una mesa mientras yo fui a un  ordenador. No era muy nuevo, pero me servían para enviarle a mi amiga un mensaje, por lo que abrí mi correo… Tan solo tenía un mensaje de Mi mejor amiga y algún otro de publicidad.
Abrí el de mi mejor amiga y comencé a leer:

‘’Paula se te echa mucho de menos, todos aquí te echamos de menos.
Estoy muy preocupada por el accidente, espero recibir pronto respuesta
Tuya, aquí va todo bien, mi abuela se ha mejorado.
Soy totalmente feliz, espero que a ti te vaya bien o mejor dicho, mejor.

Te Quiero.
Saludos Carol. ’’



Yo enseguida le empecé a escribir:

‘’Me alegro mucho de que todo te valla bien, yo también te echo de menos, a todos.
Lo que me paso fue algo muy, pero que muy extraño. Hacía una par de días se había colado alguien en mi habitación, solo vi una sombra y un collar, que por alguna razón acabo de encontrar, eso luego te contaré. Un día después salí a montar a caballo, Cuando fui al establo después de volver, Esa cosa me ataco, no recuerdo nada más, tengo una cicatriz, en el cuello, ‘’dos puntos’’ y un brazo escayolado, pero estoy mucho mejor.
Ya te contaré más cosas. Saluda a todos, y a tu abuela dale recuerdos.

Besos, Paula. ’’

Envié el correo, y rápidamente cerré la cuenta y pagué, Aaron me esperaba allí. En el plato quedaba medio croissant, el café estaba vació.

-          ¿Ya has terminado?
-          Sí, ya puedes irte gracias.
-          ¿Por qué yo siempre intento se amable y tu te comportas como si te faltara el respeto, que es lo que te molesta?
-          No se pero no me gusta que te auto invites a acompañarme, odio eso... y tu presencia me irrita.
-          Bueno, intentaré no ‘’auto invitarme’’
-          Y casi ni te conozco, solo se que te llamas Aaron y que eres amigo de Rocío, que te mudaste aquí este año y que te fijas o te interesas en las cosas insignificantes.- quise decir ‘’como yo’’ pero preferí callarme.- ¿Por qué no te interesa ser tanto amigo mío o lo que sea?
-          ¿Hay algún problema por querer ser amigo de una chica de mi edad? No, yo creo que no, pues ya está.
-          ¡Qué raro eres!
-          Hacemos una cosa, yo te enseño un lugar, y luego tu me dices.-Se quitó la chaqueta y vi un colgante idéntico al que yo tenía, en un autor reflejo saque el colgante del bolsillo.- ¿De dónde has sacado ese collar?
-          La persona que me atacó lo llevaba, tu, tu eres uno de ellos, no quiero que te acerques a mi…-La gente que había allí nos miró raro, como si fuéramos una panda de locos, pero yo seguía gritando y salí corriendo, el no me siguió, llegue a casa y guarde el collar en un cajón, bajo llave.

Esa noche dormí a penas, cogí mi portátil, no tenía internet, pero mi padre cuando había llegado del café me dijo que al fin había arreglado el ‘’Wifi’’, intenté coger conexión, después de un par de intentos lo conseguí.

Busqué el precio de un  billete de ida a Tenerife, quería volver a mi casa, mi tierra, pero mis padres pretendían que me quedara todo un año aquí, asistiendo al instituto del pueblo, pero yo no quería.
Había intentado reunir dinero pero a penas conseguí 69€ y el billete de ida costaba 700€ el más barato.

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